
El arrepentimiento empezó en la noche, pero a esa hora uno da vueltas de un lado a otro, recorre kilómetros a los tumbos; en la cama. En el perímetro que marcan las sábanas me quedaban algunas ideas que solucionaban las cosas, pero en la hora de las batallas y entre sueños, uno no anda con lápices ni grabadores. No sabía con que pie pisaría la primera baldosa. El día estaba plantado. No tuve más que bajarme y comenzar a meter en un bolso las cosas que dije de más.
1 comentario:
Creo q este es el q más me gusta... Disculpe. Entré a chusmear.
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