Sitio de pensamiento, reflexiones, jugueteos ,desviaciones ,comentarios ,cuentos breves y frases sueltas
domingo, 11 de febrero de 2018
De qué están hechas las charlas
domingo, 29 de mayo de 2016
El filo de la comodidad
La comodidad es filo, es espina, es una cama de clavos. Los amantes, personas en proyectos: caen. Pasa en la vida, nos guiamos por conductas gravitatorias conocidas.Hacemos lo que vemos, lo que vemos tarde o temprano cae.
¿Que es descender? si sólo nos hablaron de avances.
Tanto más cómodo profunda caída. Al final, cavamos el pozo -el nuestro- en la mayor comodidad, desde la tristeza de saber que un grito apenas redobla un tibio eco.
Alguien se incomoda. La sedición de su vida, lo espera.
martes, 13 de marzo de 2012
Cassettes
jueves, 17 de febrero de 2011
las cosas que se dicen

El arrepentimiento empezó en la noche, pero a esa hora uno da vueltas de un lado a otro, recorre kilómetros a los tumbos; en la cama. En el perímetro que marcan las sábanas me quedaban algunas ideas que solucionaban las cosas, pero en la hora de las batallas y entre sueños, uno no anda con lápices ni grabadores. No sabía con que pie pisaría la primera baldosa. El día estaba plantado. No tuve más que bajarme y comenzar a meter en un bolso las cosas que dije de más.
lunes, 9 de agosto de 2010
miércoles, 28 de julio de 2010
Lo que leí en ocultos
el subte la fiebre la noche el invierno el hambre la siesta la intención el número del gordo de navidad la ola el furor mi odio y decir odio
ya pasó el caminar la duda el pueblo la transpiración el silencio la tarde el oasis la mentira el viento la imagen de mi en la paloma la imagen de mi en humahuaca la imagen de mi en la escalera de mi patio el track 01. la posibilidad de conocer más el sur la poca cosa loca el cielo el agua el mar la obsesión la imagen de mi lisa la imagen de mi plana la imagen el tiempo la mano el brazo la soga la letra el telón la toalla el humo el deseo
y la respuesta
ya paso.
martes, 21 de julio de 2009
Historias caminadas (2)

Perdido global.
No encuentro la manera de llegar a mi GPS
Respeto argentino
Estaba próximo a mi objetivo. Debía decidir de manera inmediata, sin lugar a titubeos. Tiraba por la borda mi última hora pasada. Tomé la decisión. Corrí. Esquivé a dos niños que jugaban con un auto de plástico sobre el piso de mármol y a una señora que dejé con la intención de preguntarme algo. No podía sostenerlo más. Intenté esforzarme trasladando imaginariamente mayor movilidad a mis pies. Cuando casi daba todo por perdido, las puertas de blindex se presentaron. Un esfuerzo más, sólo un poco más. En el límite imaginario que divide el adentro del afuera: estornudé.
Botón.
Botón de la apertura del portón. Botón del auto estéreo que apago. Botón del ascensor, piso ocho. Botón del celular que desconecto. Botón de mi camisa. Botón del televisor que ella apaga. Botón mi ombligo y el tuyo.
Un mantel de hule con flores. Unas cortinas blancas con dos flores rojas bordadas. Una foto, sobre la repisa de los libros, mostraba un jardín. Compró una hebilla para el pelo y tenía un dibujo que simulaba una flor; pero no quiso macetas en el departamento.
Tres años
Cuatro medias, una sábana, creo que una camisa y pantalón. Si, ahora que se detuvo el viento estoy seguro que es una camisa. Hace tres años podía ver el río.
Lo empujaron con la fuerza del que nada pierde. Se encontró en el piso. Encontró el piso. Se incorporó lentamente buscando pertenencias. Descubrió que sólo faltaba una bolsa con algunas velas y algo de justicia. Esa noche se desveló.
Invitarte a una cena en ese restaurante junto al muelle, quedarnos horas, hacernos bolitas de pan y espuma. En la costa caminata sin retorno. La vuelta zigzagueante para perder el inicio. Refrescarnos en sambayones, granizados y mentas. Acostarnos, desconociendo las formas de la habitación. Perdernos en sueños. Encontrarnos. Perdernos. Encontrarnos…
Pero no. Mejor me callo, es muy tarde. ¿Qué habrá hoy en la tele?
Deslicé suavemente mi pie derecho hacia atrás. Antes de llegar al recorrido final, elevé unos centímetros el talón. Casi al mismo tiempo comencé la repetición con mi pie izquierdo. Logré retroceder cincuenta centímetros cuando una impensada baldosa dañó la planta de mi pie. Tomé asiento en el banco de la plaza, sostuve con mis manos la herida y miré el dibujo desnivelado de la vereda. Michael Jackson tampoco podría.
Siempre hay alguien sentado en “la culpa”.
xxx
-¡Al revés!
-¿así?
-sí, así. Así va mejor jeje.
-ahí pasó.
-agárrese
-¡si ¡
- deje, yo se la pongo.
- muy amable.
(Podría ser una charla de un colectivero renegando con una tarjeta magnética)
A los médicos hay que esperarlos. Llevo dos horas y media en la clínica y hay una persona superpuesta en mi turno. Ayer, justamente, atendí a un doctor en mi negocio. Estaba apurado.
Bic
Quise rescatar de la vidriera un viejo exhibidor de biromes. La dueña del bazar morirá con él.
Foto : Mientras tanto-Pilar Almagro Paz