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domingo, 11 de febrero de 2018

De qué están hechas las charlas


De chico, me preocupaba que dos personas, movidos a salir de sus casas por un café en un bar, se sentasen frente a frente en silencio o apenas unidos por comentarios breves.  Veía en el silencio una amenaza, una falta de empatía. Qué bueno que puedo contradecirme. Sentados en nuestra falta de conocimiento, explicamos, sugerimos, dirigimos, recomendamos y nos enredamos en charlas (reales o virtuales) , planteando nuestras dudas o cuestionarios que nacen de nuestro nivel de ignorancia, nivel que que no va a atenuarse demasiado, solo en la última de tus vidas. Buscamos reafirmarnos en otro y a veces, que ese otro nos rete. En algún punto de la charla tiramos el anzuelo. Eso que nos afecta es nombrado. Y cuanto mas lo pronuncies a través de tus días, en tus pensamientos o camuflado en equívocas conclusiones, menos cerca estarás de entenderlo. Lo que esta bien no necesita explicarse, no necesita decirse, se ausenta de la charla, es un pez que disfruta el agua y no esta pensando en comer.  

Pez de Paez Vilaro.

domingo, 29 de mayo de 2016

El filo de la comodidad


La comodidad es filo, es espina, es una cama de clavos. Los amantes,  personas en proyectos: caen. Pasa en la vida, nos guiamos por conductas gravitatorias conocidas.Hacemos lo que vemos, lo que vemos tarde o temprano cae.  

 ¿Que es descender?  si sólo nos hablaron de avances. 

Tanto más cómodo profunda caída. Al final, cavamos el pozo -el nuestro- en la mayor comodidad, desde la tristeza de saber que un grito apenas redobla un tibio eco. 
Alguien se incomoda.  La sedición de su vida, lo espera. 



cuadro de Chagall (tan divino como Humano) 




martes, 13 de marzo de 2012

Cassettes


   Lo que extraño cuando giraba un cassette es que se sentía que pasaba algo más allá de la música, por lo menos un motor, una polea, unos engranajes y nuestras ansiedades se asociaban a tempo. El copiado rápido de las dobles caseteras fue un anticipo de lo que conocemos. Hamburguesas rápidas, autopistas, internet. A cierta edad rebobinamos la cinta y comparamos nuestras canciones…


jueves, 17 de febrero de 2011

las cosas que se dicen



  El arrepentimiento empezó en la noche, pero a esa hora uno da vueltas de un lado a otro, recorre kilómetros a los tumbos; en la cama. En el perímetro que marcan las sábanas me quedaban algunas ideas que solucionaban las cosas, pero en la hora de las batallas y entre sueños, uno no anda con lápices ni grabadores. No sabía con que pie pisaría la primera baldosa. El día estaba plantado. No tuve más que bajarme y comenzar a meter en un bolso las cosas que dije de más. 

miércoles, 28 de julio de 2010

Lo que leí en ocultos


Ocultos 31

En mis manos tengo un ejemplar de un diario atípico. Sus líneas tratan algunos temas menores y hablan de un lugar en el mundo donde no pasa demasiado, quizás digo esto porque prevalece lo humano y entonces, incurro en el avisado error de creer que eso es poco. Llegó a mis manos gracias a un amigo, un buscador de lugares imposibles. Le prometí no divulgar el sitio geográfico donde se encuentra ésta gente, así que sólo procederé a relatar algunas notas destacadas.

Diario del 27 de julio de 2010

Actualidad

El bostezo más largo del día se produjo a las tres menos cuarto en la plaza López, en el quinto banco que mira a la fuente, la misma que días atrás fue noticia cuando un graffiti avisaba que el hombre feliz tiene razón. Felizmente la  gente se juntó y aplaudió éste hecho.


Problema vial

El señor de los cordones largos no pudo avanzar y el tránsito fue caótico. Una mujer pisaba el cordón de su pie derecho y otra mujer el cordón de su pie izquierdo. Le pedían a coro una definición inmediata.

Lamentable incidente

Un hombre de noventa y nueve años falleció ésta mañana. Mañana cumpliría cien y eso era lo que éste hombre más quería en su vida. Pero esa mañana no llegó, y  alguien llamó, y canceló una torta.

Pensamiento del día

Nuestros dichos y
una máquina de escribir
pueden volver atrás

golpear con el martillo
alguna palabra expresada
la tinta se adhiere
se fusiona
ahora es algo nuevo
distinto
pero la palabra
la primera palabra
quedará enmendada


Deportes

Nuestro jugador estrella de treinta y nueve millones de dólares conoció a una chica de indescifrable valor, cenaron en un restaurante de trescientos pesos y el le prometió un viaje de cinco mil dólares. Ella dejó su trabajo de dos mil quinientos pesos y le dijo que si, en la boda de trescientos mil euros. Viajaron a una luna de miel de varios miles de yenes.
 Y pasó el tiempo.
 El psicólogo de él, de cuatroscientos pesos la hora, dijo que estar bien tiene su precio. La madre de ella dijo: qué barbaridad, en las revistas se los veía tan lindos.

Curiosidad del día 1  

Una mujer intentó ocultar su tristeza, justo en el día de la lluvia, de la sequía de gente en la calle, de los buñuelos fríos del domingo,  del álbum de fotos, de la carta de más de diez años, de la brisa helada contra la ventana donde todavía se lee te quiero.

Curiosidad del día 2

Nuestro intendente se niega a usar facebook y olvidó llamar a su madre por su cumpleaños.

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Los adivinadores
Adivinamos su pasado, pida turno porque sabemos que no lo hizo antes. Reparamos el pasado en el presente para un futuro mejor
No lo olvide, recuerde, no lo olvide, recuerde, no, no creemos que venga, ya se está olvidando de todo.

Publicidad 2
Soluciones para pintores o dibujantes poco creativos
El nuevo barro inteligent  ensucia mucho más, más profundo, llega hasta el alma. Siéntase mal un rato y espere la transición hacia la calma con lápiz o pincel en mano. 

Espectáculos

En el día de hoy y hasta la semana que viene se presentará el famoso grupo “los alisadores de asfalto”, nos mostrarán su colección de cosas que encuentran en la calle. Los objetos van desde una abuela perdida hasta un pequeño alfiler en un pajar, pasando por botellas de plástico, botellas de plástico, envoltorios de alfajores y botellas de plástico. Todo encontrado en ese orden.


Economía del pueblo

La medianera del hotel lindero me permitía ver una parte de la escena de la calle, entonces, sólo veía una mano y parte de un saco azul. Veía también un portafolio en el piso y varios billetes desparramados que pronto levantarían vuelo gracias al viento. No se trataba de entradas de circo o publicidades de financieras. Quise saber más. Indagué a una persona cualquiera, que pasaba por ahí y ante mi pregunta, detectaría mi falta de temporalidad con el lugar.  Mire, no se trata de las personas como usted cree -me dijo-, se trata de la esquina, en ese lugar la gente se para a devolver lo que le sobra. En ese momento hizo un silencio que yo acompañé, el necesario tiempo en pausa para que pueda proseguir su relato, pero sólo agregó. En esa esquina me dejaron.

  
Música

Lejos de la avenida ocurre un concierto sin músicos. Una madera que sostiene a un toldo golpea rítmicamente contra un metal circular, éste vibra y lo hace esperando la cachetada del viento contra una lona. Algunos pájaros acompañan en forma intermitente. La entrada es libre y gratuita-


Sección cultura del diario
Dos poemas

Mujer que dice chau -Eduardo Galeano

Me llevo un paquete vacío y arrugado de cigarrillos Republicana y una revista vieja que dejaste aquí. Me llevo los dos boletos últimos del ferrocarril. Me llevo una servilleta de papel con una cara mía que habías dibujado, de mi boca sale un globito con palabras, las palabras dicen cosas cómicas. También me llevo una hoja de acacia recogida en la calle, la otra noche, cuando caminábamos separados por la gente. Y otra hoja, petrificada, blanca, que tiene un agujerito como ventana, y la ventana estaba velada por el agua y yo soplé y te vi y ese fue el día en que empezó la suerte.
Me llevo el gusto del vino en la boca. (Por todas las cosas buenas decíamos, todas las cosas cada vez mejores que nos van a pasar).
No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida, nunca). Y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido.

  

Respuesta. De Pilar Almagro Paz, escritora Rosarina. 

ya pasó 

el subte la fiebre la noche el invierno el hambre la siesta la intención el número del gordo de navidad la ola el furor mi odio y decir odio
ya pasó el caminar la duda el pueblo la transpiración el silencio la tarde el oasis la mentira el viento la imagen de mi en la paloma la imagen de mi en humahuaca la imagen de mi en la escalera de mi patio el track 01. la posibilidad de conocer más el sur la poca cosa loca el cielo el agua el mar la obsesión la imagen de mi lisa la imagen de mi plana la imagen el tiempo la mano el brazo la soga la letra el telón la toalla el humo el deseo
y la respuesta

ya paso.

Éste diario se terminó de imprimir ahora mismo.

martes, 21 de julio de 2009

Historias caminadas (2)




Mal agüero.


El vendedor de paragüas apuraba su grito. Insistía, invocaba. Quería que lloviese.


Juego de lluvia


La zigzagueante y errática propuesta de evitar los charcos. Un juego con disfraz. Botas, pilotos, paragüas y la astucia para no ser mojados.

Argentina 2018

Me había quemado con leche.Nunca lloré.

Perdido global.

No encuentro la manera de llegar a mi GPS


Respeto argentino

Estaba próximo a mi objetivo. Debía decidir de manera inmediata, sin lugar a titubeos. Tiraba por la borda mi última hora pasada. Tomé la decisión. Corrí. Esquivé a dos niños que jugaban con un auto de plástico sobre el piso de mármol y a una señora que dejé con la intención de preguntarme algo. No podía sostenerlo más. Intenté esforzarme trasladando imaginariamente mayor movilidad a mis pies. Cuando casi daba todo por perdido, las puertas de blindex se presentaron. Un esfuerzo más, sólo un poco más. En el límite imaginario que divide el adentro del afuera: estornudé.


Botón.

Botón de la apertura del portón. Botón del auto estéreo que apago. Botón del ascensor, piso ocho. Botón del celular que desconecto. Botón de mi camisa. Botón del televisor que ella apaga. Botón mi ombligo y el tuyo.


Dímelo con flores.

Un mantel de hule con flores. Unas cortinas blancas con dos flores rojas bordadas. Una foto, sobre la repisa de los libros, mostraba un jardín. Compró una hebilla para el pelo y tenía un dibujo que simulaba una flor; pero no quiso macetas en el departamento.

Tres años

Cuatro medias, una sábana, creo que una camisa y pantalón. Si, ahora que se detuvo el viento estoy seguro que es una camisa. Hace tres años podía ver el río.


Vela por nosotros.

Lo empujaron con la fuerza del que nada pierde. Se encontró en el piso. Encontró el piso. Se incorporó lentamente buscando pertenencias. Descubrió que sólo faltaba una bolsa con algunas velas y algo de justicia. Esa noche se desveló.


Programa.

Invitarte a una cena en ese restaurante junto al muelle, quedarnos horas, hacernos bolitas de pan y espuma. En la costa caminata sin retorno. La vuelta zigzagueante para perder el inicio. Refrescarnos en sambayones, granizados y mentas. Acostarnos, desconociendo las formas de la habitación. Perdernos en sueños. Encontrarnos. Perdernos. Encontrarnos…
Pero no. Mejor me callo, es muy tarde. ¿Qué habrá hoy en la tele?


Rosario Streets

Deslicé suavemente mi pie derecho hacia atrás. Antes de llegar al recorrido final, elevé unos centímetros el talón. Casi al mismo tiempo comencé la repetición con mi pie izquierdo. Logré retroceder cincuenta centímetros cuando una impensada baldosa dañó la planta de mi pie. Tomé asiento en el banco de la plaza, sostuve con mis manos la herida y miré el dibujo desnivelado de la vereda. Michael Jackson tampoco podría.


España y Brown
Siempre hay alguien sentado en “la culpa”.


xxx


-¡Al revés!
-¿así?
-sí, así. Así va mejor jeje.
-ahí pasó.
-agárrese
-¡si ¡
- deje, yo se la pongo.
- muy amable.

(Podría ser una charla de un colectivero renegando con una tarjeta magnética)


Sin cura.

A los médicos hay que esperarlos. Llevo dos horas y media en la clínica y hay una persona superpuesta en mi turno. Ayer, justamente, atendí a un doctor en mi negocio. Estaba apurado.


Bic


Quise rescatar de la vidriera un viejo exhibidor de biromes. La dueña del bazar morirá con él.


Foto : Mientras tanto-Pilar Almagro Paz

sábado, 4 de julio de 2009

Breve Gripal

Una señora con barbijo lee el diario de la mañana. En la tapa publicitan cincuenta muertes. Los periódicos se venden más ahora, cuenta un canillita. El miedo se propaga de boca en boca atravesando todo tipo de telas o mascaras. La señora mira a un perro que estornuda. Se corre unos metros, se baña en alcohol y tira desinfectante.

La hora de la balanza.

Distintas formas de regresar. En la ciudad de las sombras, un Mercedes Benz no puede competir con los de a pie. Inventamos el caos y el tránsito sólo, para hacer justicia.

Vendedor de lámparas

El vendedor insistía en venderme lo que no tenía, lo que estaba por llegar. Promesas de semana que viene. Me fui del lugar observando mi billetera intacta. En la vidriera, hermosos modelos de lámparas y tulipas. Conté mas de veinte.


Sombras

La mañana invitaba a salir. Busqué abrigos para sincronizar con el invierno de afuera. La oblicuidad del sol jugaba con los aciertos, se escondía de mi posibilidad tras los muros de cemento. Piezas exiguas de delicadeza que se elevan con el simple fin de prohibir algo de luz en las veredas. Caminé entre los grises hasta que conseguí mi premio en siete baldosas. El hallazgo, invitaba a conformarme.