viernes, 14 de abril de 2017

Lo último intenso

Nos tomamos de las manos, y no hizo falta decir más, cruzamos los afectos desde la yema de los dedos, no queríamos dejar de sentirnos de esa manera. Quise irme, a veces queremos evitar, me retuvo con masajes en los nudillos, él a mi y yo a él. Quizás las manos sean las partes más sensibles del cuerpo,pensé. Nos despedimos de esa manera, sin palabras es mejor. Al salir de la casa lloré, como cada vez que iba a visitarlo, pero esas cosas quedan afuera conmigo. Guardaré ese recuerdo como el último intenso.
 Luego llegaron las pastillas para que no piense, sienta o le duela, el comercio médico, tubos de oxígeno y un pequeño robot con un sonido de motor constante que reemplazaba su pulmón. Ahora, cada vez que siento ese sonido caigo en creer que sigue vivo.