jueves, 3 de febrero de 2011

Vaso de soda (vasito)


  
  Se construyen historias burbujas. Algunos dicen que el vaso de soda debe tomarse para borrar la memoria del paladar y degustar el café sin agravios, sin recuerdos.  Otros cuentan que debe tomarse después de todo, para evitar las maldiciones del grano de café, que en la boca y en forma de borra, puede armar un destino o modificar el existente. Los dubitativos, toman un trago rápido ni bien los mozos apoyan el vaso en la mesa.  Mientras mezclan con café sorbos de pensamientos o conversaciones, miran el vaso, y cuentan las burbujas que desaparecen; se esfuma como la sensación de haber tenido. Ellos, los inquietos de la duda,  toman breves sorbos y dejan un resto para el final -casi de la altura de un dedo-, no vaya a ser cosa que la suerte, ese día, tenía preparado un mal plan.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Terrazas en verano





  Las terrazas del centro existen para que imaginemos tener una. Los propietarios de la terraza suelen armar una pileta y hacer asados. Por la noche, escucharemos risas, sonidos de platos o copas que se golpean. Uno no quiere asomarse porque después habrá que inventar un justificativo que nos deje tranquilos y nos haga pensar que igual estamos bien así: sin terrazas.
  A veces, en una de las posibles miradas al pasar, descubrimos que la vegetación, la ropa colgada, el agua de la pelopincho esperan mucho tiempo en soledad. Entonces comentamos y preguntamos para qué tener ese preciado espacio si la gente no está nunca. Y pasamos la tarde entre vientos cruzados de ventiladores o sonidos de aires acondicionados recién instalados. Si una brisa fresca llega nos olvidamos de todo. En el mayor de los casos, seguimos imaginando.  Dios le da terrazas al que no tiene tiempo.

domingo, 30 de enero de 2011

una tormenta


I

un latido
dos metros de distancia
otro latido

la tormenta no tardará en llegar  
por lo pronto
una sola nube  
aunque su formación dependiera de otra pequeñas nubes  
sintieron agruparse
a lo largo de los días

nuestros latidos
gotas de agua que elevamos
en los días que el pronostico anuncia cielo despejado
llevamos nuestras atmósferas
como huellas en la mano


  
II
el viento fresco
rompe el verano
dos corazones
laten más fuerte

 III

y después
el terreno se prepara para otra batalla
cuando todas las gotas amanezcan en el piso  
dos almas se desarmarán
dejando todo
y de nuevo
el ciclo conocido.







domingo, 23 de enero de 2011

Dos mundos




    El hombre artista necesita dialogar con sus visiones en soledad, algunos momentos en el día se detendrá a observar  los desprendimientos de lo desconocido. Si la mujer que está a su lado no interpreta ese espacio ingobernado por las agujas del reloj, lo dejará sólo. Ante la efectivización del acto del abandono, el hombre artista, maldecirá ésta paradoja que une dos mundos.

jueves, 20 de enero de 2011

La materia del somos




   Somos nubes del cielo, a veces alguna tormenta, pero no más que eso. Entre nosotros, muy pocos descubren el finito magma que acaricia un rayo en la tierra.  Cuando todo pasa y el primer viento pliega los bordes de un charco, un reflejo nos muestra en silla de ruedas. Somos nosotros, cuando no somos agua y viento.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Desprendimiento




Los malos momentos desaceleran la caída, si es que todo va a parar a un pozo o un túnel. Quitan la velocidad primaria, nos ocupa. Y en esa ocupación tomamos el tren y vamos al trabajo y saludamos a un amigo y compramos comida rápida y seguimos en el trabajo y vendemos, compramos; nos enojamos.

  Todo es tan breve, tan breve, que lo previsto nos encuentra con las maletas a medio armar y con esas cosas que callamos dando vueltas en la casa. De pronto, el aroma del café se vuelve grano de café y el polen se convierte en flor. Somos el desprendimiento de otra cosa que no tiene nombre, que nos llama desde el momento que pisamos tierra firme. 

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El cuidador de sueños

El cuidador de sueños.   

      Compramos en la calle, por pocos pesos, un cuidador de sueños.
       La noche pedía más abrigo y la tormenta mostraba sus dientes. Entonces, soñando, mezclando cosas en lugares de mi mente, me encontré viajando en un velero. Todo era blanco y negro y las olas parecían acuarela en trazo grueso. El sonido de un rayo se oyó, con la contundencia que tienen los rayos para destrozar cualquier intento de estabilidad. Mi sueño entendió que el rayo rompería el mástil. Caí al agua. Nadaba mientras el velero se alejaba y yo quedaba sólo. Me sentí huérfano y un probable muerto. En mi somnolencia recordé el cuidador de sueños, lo tenía conmigo. Entonces se apareció una isla; y yo había mirado a mí alrededor, juro que no había visto nada.


domingo, 31 de octubre de 2010

En éstos días de luto.

    Será que todo debe ser  blanco o negro y que los matices no son más que pequeñas grietas de los dos colores predominantes. Será que se es o no se es.  Me resulta complejo razonar cuando defendemos una única verdad y cuando descartamos otras. Me resulta pobre y de una brutal inocencia el fanatismo. Sólo eso quiero decir en estos días de luto. 



domingo, 12 de septiembre de 2010

El tiempo

El tiempo,
con su fuerza innegable
a veces
arrastra las horas
y a veces
(la mejor de las veces)
las desliza tan suavemente

su sutileza
dependerá de la importancia de las agujas

viernes, 10 de septiembre de 2010

horas nuevas

una especie de picazón en los bordes del alma



allí


donde las palabras necesitan refundarse


un nacimiento






dos medialunas casi vencidas


en el bar lindero del hospital


allí


donde pasa gente a diario


descanso


de la intensas horas nuevas






un cordón desatado en la luz


la trampa de la naturaleza para las mentes concientes


así


impone su ritmo


así

olvido el café y por un rato quien soy.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Para leer cuando llueve

     A veces pasa que la lluvia nos espera. En ese mientras, acaricia el vidrio húmedo para llevarnos hipnóticos a un pensamiento triste o delicado y para hacernos saber que luego limpiará lo que pasó.
    A veces pasa que la lluvia nos hace creer que termina algún capítulo repentinamente, como un señalador que divide dos hojas del libro.
    A veces pasa que la lluvia esquiva paraguas, porque son ellos lo que impiden  los golpes en el cuerpo, son ellos, los cómplices de lo seco que suena a perfecto. 
     Mientras la lluvia, la venganza de lo líquido se camufla en los charcos o alguna baldosa floja.  Cada surco de una gota en mi cara también quiere expresar algo, como las líneas de mi mano en el futuro.
      Y a veces pasa que la lluvia, ella, queda inmersa en un final, cuando una escoba retirada del armario barre mucho más que unas pocas hojas mojadas en el asfalto, porque se  lleva también, la promesa de las cosas que haremos después de ella.



jueves, 2 de septiembre de 2010

Las diez y treinta

Todos tenemos un momento
una hora
con sus minutos (y me animaría a decir segundos)
una hora que nos delimita
y nos recuerda que comienza a quedar atrás
el sonido del fuego
el pan con manteca y azúcar
el café caliente
y las vueltas en la casa
para engañar a las llaves.

martes, 31 de agosto de 2010

mar seco

Algunas palabras
sin doble de riesgo
se dañan tanto
en nuestro pensamiento

entonces retroceden
pero no siendo las mismas
cambiando, por las horas que pasaron


algunas palabras
sin salvavidas
se ahogan

el tiempo;
es ese mar que tiende a secarse

lunes, 30 de agosto de 2010

windows 2010



Las ciudades de la planicie


sus largos pasillos

troquelados simétricos

ventanas miran ventanas

y son las culpables

del aburrimiento

domingo, 29 de agosto de 2010

Artefactos





En las noches
ausentes de luz
de la totalidad de luz
deberíamos aprender de los artefactos
aquellos que emiten sonidos incómodos
a veces agobiantes
cuando nos avisan que existen
aunque nadie 
repare en su causa 

sábado, 28 de agosto de 2010

Emoción





La emoción
trepa paredes
más de una vez cae
y si acaso se elevase
es su cometido
caer 
y volver a intentarlo 

viernes, 27 de agosto de 2010

medios de comunicación







El humo bordea el cartel que prohíbe el humo
se permiten carteles que bordeen humo
se permite imaginar figuras con el humo y se permite aspirarlo y alojarlo en nuestro estómago.
no se permiten aspirar los bordes del humo
ni tratar de entender los carteles que prohíben el humo
se permite hablar del humo pero sin humo cerca
se permite no conocer el humo y describirlo por completo
se permite inventar un incendio sin humo
un mar de humo
una tristeza de humo

ahora salgo a la calle
lejos de los carteles
y sólo veo gente
y una bruma 
más bruma
y humo.


Algunas humedades
cubren los ojos
la atmósfera
y los ojos

algunas humedades
se internan
y en la sala de espera
espero.