Nos tomamos de las manos, y no hizo falta decir más, cruzamos los afectos desde la yema de los dedos, no queríamos dejar de sentirnos de esa manera. Quise irme, a veces queremos evitar, me retuvo con masajes en los nudillos, él a mi y yo a él. Quizás las manos sean las partes más sensibles del cuerpo,pensé. Nos despedimos de esa manera, sin palabras es mejor. Al salir de la casa lloré, como cada vez que iba a visitarlo, pero esas cosas quedan afuera conmigo. Guardaré ese recuerdo como el último intenso.
Luego llegaron las pastillas para que no piense, sienta o le duela, el comercio médico, tubos de oxígeno y un pequeño robot con un sonido de motor constante que reemplazaba su pulmón. Ahora, cada vez que siento ese sonido caigo en creer que sigue vivo.
Luego llegaron las pastillas para que no piense, sienta o le duela, el comercio médico, tubos de oxígeno y un pequeño robot con un sonido de motor constante que reemplazaba su pulmón. Ahora, cada vez que siento ese sonido caigo en creer que sigue vivo.