El que no seduce anhela poder, porque desde allí enfrenta al mundo. El seductor lo sabe y su lucha siempre será contra la manifestación de dominio.
La vida cotidiana une y desune fuerzas, un día somos y en la misma tarde viramos en dirección a la nada.
Juzgamos, decidimos. La mejor decisión se da en estado de transición.
Somos ésto, aquello, lo que odiamos y lo que no queremos ser. Somos lo que evitamos. No somos lo que ignoramos.
dibujo: Maurits Cornelis Escher
No hay comentarios:
Publicar un comentario