El verano, el último, dejó sus dientes en la piel y los restos de ella en otro lado, en el lugar donde se pensaron felices, que contiene la memoria de los cuerpos. El otoño llega, deshabita, y así su magia, despega los recuerdos sumergidos en paisajes. Después vendrán las hojas secas y todo lo que el calor apretó y tiró por las calles. Hablo de nuestros trajes, que aguardan donde lo dejamos, antes de partir.
Cuadro: Xul Solar