jueves, 13 de mayo de 2010

Obsecuentes de la fama y el poder.



 Sobre los Obsecuentes conscientes. 


    El obsecuente no es una mala persona por el sólo hecho de portar con ese adjetivo. Persigue un fin. Aporta sus declamaciones a ese otro que le interesa, y ese otro, normalmente, ocupa algún rango de poder o popularidad. Es un estratega político de estos tiempos. 
    El hecho de ser considerado obsecuente se produce cuando otros ojos miran y juzgan. Las plataformas de redes sociales ayudan para detectarlos con rapidez, y creo que el obsecuente es uno de los qué mas pierde con esta tecnología. 
    Es que necesita ser visto. Necesita un público o tribuna que lo detecte. ¿para qué gastarse en adulaciones solitarias y a escondidas? De esa manera no podría demostrarse ante otros y eso, es lo que justamente anhela. Quedar exhibido dejando rastro. El mensaje implícito sería algo así como: que quede claro que te quiero mucho, pero más que los otros que te conocen. 
    Pienso que el obsecuente premeditado no tiene valores verdaderos. Uno no puede andar queriendo a tanta gente, porque si su energía se canalizaría en una sola persona ya no podría tildarlo de obediente, sumiso, cumplidor como dice el diccionario. Eso sería algo parecido a una conquista amorosa. Pero quién en su sano juicio quiere a un obsecuente al lado. 
   El poder es la semilla de los obsecuentes, que son regados y crecen cuando son dejados actuar. Y crecen bastante ya que a todos nos gustan los aplausos. !Qué problema! y realmente pienso que lo es. 
    Exceptuando que nos guste el sitio de pedestal ante los otros, me inclinaría por promover la desconfianza al aplauso desmedido. Un pequeño gesto daría por enterado al estratega y lo devolvería a su sitio. 
  El antídoto no es sólo la humildad del festejado, sino también, una dosis justa de seguridad e inteligencia para discernir lo correcto. 

   En definitiva, el hecho consciente, premedita la necesidad de alcanzar por el medio de adulación que tenga a mano, su fin último, que no es ni mas ni menos, que una negociación de amor por dinero o fama.  



No hay comentarios: