En una situación con muchas puertas
intentaremos tomarnos de todos los picaportes. El análisis consiste en detectar
las únicas dos puertas reales. Sólo una lleva el piso de arriba. No obstante seamos
recibidos allí nuestra mente comenzará a fabricar la nueva sala, con sus
puertas y ventanas.
De
la ventana quiero decir que están hechas para distraer, para confundir la vista
y para olvidar por momentos lo que tenemos detrás. No se recomienda una estadía
prolongada en alguno de esos estados y a pesar de nuestros movimientos,
seríamos la figura estática que ve pasar los juegos en la plaza, una acumulación
de reflejos y con ellos nada. Ventanas
como parador de ruta, ojo grande que invita al despegue. Porque desatarse es
caminar, todo lo demás es ilusión de pórticos y un malestar de a ratos
controlado.